En 2012, el mismo año en el que apareció publicada la novela que ahora comentamos, Google lanzó “Glass”, un proyecto comercial de gafas con realidad aumentada, iniciativa que dio mucho que hablar antes de ser retirada en 2015 sin haber podido sus desarrolladores solventar tanto problemas técnicos como otros relacionados con la seguridad y privacidad. ¿Y qué es la Realidad Aumentada? El término, acuñado en 1992, hace referencia a la tecnología que permite visualizar el mundo real a través de algún dispositivo que añade una capa adicional de información gráfica; esto es, una fusión en lo sensorial del mundo físico con el virtual. Independientemente de que sea un desarrollo práctico en un sentido cotidiano (tengo dudas de hasta qué punto el cerebro se sentiría cómodo con un aluvión constante y profuso de información sensorial), es el tipo de avance susceptible de fascinar al interesado en la tecnología y la ciencia ficción.